*La facilidad de acceso al panel de gestión para evitar colas de espera cada vez que necesites realizar alguna petición a tu servicio de alojamiento.
*El espacio de almacenamiento que necesita tu página, que suele ser 1 GB aproximadamente en páginas de tamaño medio, y puede llegar a los 4GB si se trata de un ecommerce con muchas imágenes de producto en alta resolución.
*El ancho de banda, volumen de transferencia o cantidad de datos que los usuarios podrán descargarse mensualmente de tu web.
*La velocidad de carga que puede ofrecer el servidor para evitar ser penalizado por Google por una mala WPO. Por ejemplo se suelen recomendar discos SSD e incluso una red de contenidos de entrega para llegar a clientes ubicados en otros puntos del mundo.
*El número de cuentas de correo que podrás crear a partir de tu dominio, con el que poder hacer envíos en nombre de tu proyecto web.
*El horario y calidad del servicio de soporte, de manera que puedan atender cualquier tipo de incidencia en tu página.